Aria significa tanto fuego como aire. Es impulso de vida, impulso ariano (astrológicamente hablando), si hablamos de fuego y es aire vital. El primer aliento que tomamos cuando nacemos y que en ese justo momento, dice la Filosofía Advaita, es cuando el universo entra dentro de nosotros y empezamos a bailar con la vida.

En sanscrito, Aria significa «nobleza», en griego Aria proviene de la Diosa Ariadna que significa «pureza» y en hebreo su significado es «la leona que cuida del clan».

¿Tenemos filosofía?, ¿Tenemos base? o ? Tenemos esencia?, eso que algunos llaman Alma. Supongo que un poco de las 3 cosas.

Como dijo Stephen Gilligan :”rinden más 20 almas que 1000 egos”, y siento profundamente que esto es así.

Y para llegar ahí, necesitamos ser generosos, disponibles, profesionales formados, amorosos, sinceros, que sepamos cuidarnos y descansar, pedir opinión al compañero.

Al mismo tiempo, en Aria, seguimos el camino del Kaizen (concepto japonés). Kai (cambio) y Zen (bondad, beneficio). El Kaizen nos acompaña a mejorar, a potenciar cambios beneficiosos en nosotros que se alcanzan paso a paso. Los pasos que damos son para nuestro beneficio y el de los demás.

A partir de ahí a Susanna se le abren varios caminos de investigación: estudios de la Universidad de Alberta en Canadà, pertenecer a la red Europea de Pedagogos Hospitalarios, la Programación Neurolingüística y el Coaching generativo, la Terapia familiar sistémica, el programa SAT de Claudio Naranjo, la terapia EMDR, etc., para conseguir “que los niños y niñas tengan infancias más felices” y desde ahí crea todo un sistema de intervención uniendo el cerebro y el corazón, donde lo más importante es el que el niño o el adolescente disfrute de aprender. Ya sean contenidos escolares, aprender sobre la vida o bien sobre ellos mismos o su entorno.

Cuando se interviene sobre la mente, el corazón también aprende y a la inversa, cuando la emoción es la que se gestiona y se atiende, algo a nivel cognitivo también cambia y evoluciona.