Menuda mentira eso de que puedo vivir sin tí.
Menuda mentira eso de que el amor romántico no existe o no debería existir, que nos quita poder, que nos hace dependientes y que así dejamos de ser nosotros.
Ahora todos queremos vivir relaciones “libres”, donde parece que ya ni el vínculo exista y si existe parece más un vínculo de hermanos que uno de pareja.
Hacer como si no te necesitara. Hacer que lo parezca también eso de “que puedo vivir sin tí”.
Claro que puedo vivir sin tí. He vivido sin tí muchos años. Muchísimos. Pero a mí ya no me da la gana vivir sin tí.
Cuando en realidad hay una parte de mí que sí depende de tí. A mí no me funciona ser de una pieza. Porque no lo soy. Porque te quiero y no te quiero, porque quiero estar y a veces no estar, en ningún lado. Y la que está ahí en medio soy yo. Tú también. Y aprendes a bailar conmigo ahí en este baile que cambia de ritmo sin parar. Y me amas así de confusa, así de danzarina, así de intensa.
Y ahora me dicen que la moda es ir a terapia para que no exista esa parte, para que se calle, para que no chille, para que desaparezca y ser yo misma el amor de mi vida. Harta estoy de tanta teoria, de tantos deberías, de tanta tontería.
Pues a mí no me da la gana.
A mí me gusta no necesitarte hoy y desearte hasta la saciedad mañana.
Así de intensa soy. Y así de intensas son algunas personas, no soy la única.
Los hay que viven permanentemente desapegados. Fantástico por ellos o quizá no tanto.
Los hay que viven permanentemente dependientes. Y escriben esos relatos románticos y con gusto a melaza que a veces son infumables.
Y los hay que bailan entre el ahora sí ahora no. Entre varias partes de uno mismo que jamás se pondrán de acuerdo pero que nos dan una energía vital que lo mueve todo. Una energía que dice: Necesito mi espacio, hectáreas de espacio y necesito que me toques cada noche mientras dormimos, que jamás sea lunes, y que siempre te levantes a prepararme el café con ese cuidado con el que lo haces.
Más vale vivir cien verdades así, aunque sean locas, confusas y agotadoras que intentar falsearse siendo lo que uno no es.
Aire ascendente Fuego.
